6 formas de mejorar tus habilidades sociales

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¿Qué son las habilidades sociales y cómo pueden influir en nuestras relaciones interpersonales? ¿Cómo podemos mejorarlas? Te damos algunas claves en el siguiente artículo.

6 formas de mejorar tus habilidades sociales

Las habilidades sociales son un concepto poliédrico, polifacético y diverso. Constituyen una combinación armoniosa de elementos interpersonales, emocionales, comunicativos y personales. Aunque pueda parecer complejo, se pueden aprender y desarrollar.

Hacen referencia a multitud de comportamientos, habilidades y competencias. Así, existen conductas sociales que son adecuadas en determinados contextos, como cuando hablas con tus amigos; pero inadecuados en otros, como iniciar una charla alegre en un funeral. Para lograr ser hábil en multitud de contextos sociales, necesitarás adaptar tu conducta y tus reacciones en situaciones que pueden ser, en potencia, cambiantes.

«Ser socialmente hábil es el primer paso para construir relaciones sólidas y duraderas».

-Stephen Covey-

¿Qué son las habilidades sociales?

Para la psicología cognitiva y para las teorías del aprendizaje, engloban un conjunto de conductas, cogniciones o pensamientos y formas de reaccionar desde un punto de vista emocional. En este sentido, has aprendido a relacionarse con los demás a lo largo de tu historia biográfica. Además, seguirás desarrollándolas conforme vivas nuevas experiencias.

Como ser humano tienes, en potencia, la aptitud para relacionarte de forma exitosa con otras personas. Entre los factores que pueden influir a la hora de relacionarte con los demás se puede mencionar, por ejemplo, el estilo de apego o ‘el modo en que te relacionas con quienes te rodean pero también contigo mismo’.

«La gente se olvidará de lo que dijiste, la gente olvidará lo que hiciste, pero nunca olvidarán cómo los hiciste sentir».

-Maya Angelou-

¿Cómo has aprendido a relacionarte?

Existen, al menos, tres vías o mecanismos que te permitirán adquirir nuevas habilidades, así como mantenerlas. Veámoslas a continuación (Díaz et al., 2017):

1. El feedback interpersonal

Puedes comunicar un mensaje mediante el lenguaje, la expresión facial o las emociones. La persona con la que interactúes también se comunicará mediante gestos faciales, posturas corporales y contacto ocular. La información que nace de la interacción entre tu mensaje, y la reacción de la otra persona, te permitirá ajustar la comunicación.

2. La observación

Puedes aprender nuevos hábitos, así como inhibir los aprendidos, en función de lo que observes. Por ejemplo, un niño puede aprender que para comunicarse es necesario gritar. De manera potencial, porque así lo haya aprendido de sus padres. A su vez, al relacionarse con sus compañeros también les grita.

Sin embargo, si observas a otras personas que consideras hábiles en el contexto interpersonal, puedes tratar de incorporar algunos de sus gestos o expresiones. Los psicólogos denominamos a este proceso de aprendizaje con el término de ‘modelado‘.

3. El refuerzo

El refuerzo es uno de los mecanismos con el potencial de explicar por qué a lo largo de tu historia biográfica has desarrollado y mantenido determinadas habilidades sociales, en detrimento de otras. Es decir, si te han servido en el pasado mantendrás conductas similares en el presente; o por el contrario si, te han perjudicado es probable que evites comportarte de esa forma.



¿Cómo influyen las expectativas?

Otro aspecto clave a resaltar son las expectativas que puedes tener sobre qué significa ser hábil en términos sociales. Si tus expectativas a la hora de relacionarte con otras personas son muy elevadas y quieres ser el mejor comunicador del grupo, es posible que experimentes frustración. Esto ocurre porque pueden ser muy difíciles de cumplir.

Si ajustas tus expectativas en torno a metas más realistas, acertarás. Por ejemplo puedes tratar de sentirte cómodo al iniciar una comunicación, o tolerar las pausas y silencios.

Albert Bandura lo explica muy bien a través de su concepto de «expectativas de autoeficacia». En este contexto, aluden a ‘cómo de eficaz te sientes a la hora de transmitir un mensaje en mitad de una conversación’. Por ejemplo: «me siento cómodo y capaz hablando sobre este tema», «he podido aportar un punto de vista diferente entorno a esta cuestión» o «¿seré capaz de afrontar esta interacción social?».

«Ser socialmente hábil no es solo una cuestión de inteligencia emocional, sino también de tener la habilidad de leer el lenguaje corporal y las señales no verbales de los demás».

-Malcolm Gladwell-

Conversación entre mujeres en una terraza
La comunicación es esencial para ser hábil en las conductas interpersonales y esta también implica saber escuchar.

Claves para ser hábil en el universo de las relaciones sociales

Existen muchas formas, conductas y comportamientos que gravitan alrededor del concepto. En este sentido, el experto en psicología Arnold Goldstein las clasificó en 6 grandes grupos que procederemos a describir.

1. Habilidades sociales básicas

Para ser hábil desde un punto de vista comunicativo es necesario que sepas escuchar. El arte de la escucha implica diferentes conductas. Una de ellas es que seas capaz de dar comienzo a un diálogo, pero también de mantenerlo, así como de tolerar las pausas.

Para ello, puede serte de utilidad realizar un pequeño guion mental con diferentes preguntas básicas y sencillas que factibles de realizar. Van a constituir las fórmulas de cortesía que utilizarás de manera preestablecida.

Por ejemplo, «¿cómo estás?», o «¡qué día tan…!». El hecho de que te presentes también es importante: «¡Hola! Soy Gorka, encantado de conocerte».

Otro aspecto importante de la interacción social lo constituye el hecho de que puedas agradecer. Puedes dar las gracias por muchas cosas. Por ejemplo, tras una conversación interesante y profunda, o después de que hayas observado interés por parte de la otra persona para conversar.

Por último,  ser capaces de realizar cumplidos a otras personas es importante. Y también es normal y válido experimentar emociones como la vergüenza al hacerlos.

2. La habilidad social de pedir ayuda o de dar órdenes

En este grupo de habilidades englobamos habilidades sociales un poco más avanzadas. Muchas personas presentan dificultades en torno a las conductas de «búsqueda de ayuda» o a la hora de pedir disculpas. Si este es tu caso, podrían serte de utilidad las técnicas que buscan entrenar la comunicación de tipo asertivo.

En este contexto, otro aspecto clave del comportamiento social hábil sería que fueras capaz de dar instrucciones o de ‘transmitir una orden de manera constructiva, a otra persona, para que haga algo en concreto’. Por ejemplo, Claudia le dice a su amiga Arantxa que «por favor, cuando llegues a la siguiente intersección, fíjate en el cartel».



3. Habilidades sociales relacionadas con la expresión de las emociones

Participar en una conversación y tratar de conseguir que la otra persona cambie su punto de vista o su conducta es una meta que, con probabilidad, hayas perseguido alguna vez. El arte de persuadir a quien está enfrente de que haga algo en concreto, implica conocer qué emociones experimenta en el momento de la interacción, qué piensa y qué desea.

Es decir, nos estamos refiriendo al hecho de poner en práctica la empatía. O sea, la habilidad para «mimetizarse» con el otro. La destreza para empatizar es otro ingrediente básico para una conducta hábil en términos sociales. En la misma línea, es relevante que seas consciente de qué cosmos de emociones constituyen tu punto de partida, es decir, qué emociones experimentas y cuál es la forma en la que las expresas.

Para comprender y entender con eficacia los sentimientos que albergan otras personas, puede serte útil entender y comprender los tuyos en primera instancia. Para conseguir esto puedes hacer uso de ‘emocionarios‘, a la par que puedes brindarte recompensas cuando logres etiquetar o nombrar tu emoción y la emoción de los demás (por ejemplo, «me siento irritable» o «Arantxa se siente irritada»).

Grupo de personas en terapia social
La intervención terapéutica es un recurso favorecedor de las habilidades sociales.

4. Habilidades para el manejo de la ira

En ciertas ocasiones y a raíz de la ira o de la irritabilidad, es posible que hayas transmitido algún mensaje de forma agresiva. Es normal. Sin embargo, es importante emplear el autocontrol cuando la comunicación se torna hostil.

Cabe destacar que puedes defender tus propios derechos, a la vez que respetas los derechos de los demás sin entrar en discusiones destructivas ¿Un ejemplo? Puedes evitar la comunicación que gravita en torno a la ira, compartiendo qué es lo que te hace sentir así, cómo te gustaría sentirte y qué cambios le pedirías a la otra persona en su discurso o en su comportamiento.

«El problema no es sentir ira, sino cómo la manejamos».

-Gary Chapman-

5. Habilidades sociales como antídoto frente al estrés.

Saber decir «no» a algo que te causa malestar, dolor; o que, en esencia, dista de ser un hecho que te apetezca, es una máxima de las personas habilidosas en sus relaciones interpersonales. Para triunfar en una interacción social también hay que saber poner barreras o límites ante determinados mensajes y conductas con el potencial de dañarnos.

Es relevante el hecho de aprendas a responder los mensajes que puedan resultar antagónicos, o ante las críticas de otras personas. Una técnica que podría serte de utilidad para rebajar la ansiedad que produce una determinada crítica es la respiración. Los métodos de respiración contribuyen a la reducción de la activación, para enfrentarse mejor en contextos que resultan aversivos.

6. Habilidades para organizarse mejor

Si quieres ser hábil en tus interacciones sociales has de ser planificador. En la sociedad en la que te encuentras, resultan importantes conductas como ‘tomar la iniciativa’ en una conversación, o ver ‘cuál puede ser la causa’ de un determinado problema. Partiendo de ello, si quieres ser hábil desde un punto de vista social puedes tratar de establecer objetivos y de implementar comportamientos que te permitan alcanzarlos.

Como hemos visto, aunque conseguir ser hábil en la esfera social puede ser complicado, con estas pautas es posible que seas capaz de desarrollar tus habilidades sociales. Ademas, existen intervenciones eficaces para incrementar estas destrezas, como es el caso de la Terapia Cognitiva Conductual (y concretamente, del entrenamiento en habilidades sociales). En este sentido, si eres capaz de iniciar, mantener, planificar y defender tus puntos de vista, habrás recorrido un largo camino en este arte social.

«Ser socialmente hábil no significa ser un manipulador, sino más bien tener la capacidad de entender a los demás y responder de manera efectiva a su necesidades y deseos».

-Zig Ziglar-

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